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Salud mental en los sanitarios con la llegada de la pandemia de COVID-19

Actualizado: 2 ene 2021

El contacto de la pandemia requiere mayor atención al trabajador de salud también en lo que se refiere a los aspectos que conciernen su salud mental. Ha sido notorio el aumento de los síntomas de ansiedad, depresión, pérdida de la cualidad de solo, aumento de uso de drogas, síntomas psicosomáticos y miedo a la infección o a la transmisión del COVID-19 a familiares. Uno de los estudios llevados a cabo en Wuhan por Lancet Psychiatry revela que estos profesionales enfrentaron una enorme presión, incluyendo el alto riesgo de infección y protección inadecuada contra la contaminación, exceso de trabajo, frustración, discriminación, aislamiento, asistencia a pacientes con emociones negativas, falta de contacto con la familia y fatiga extrema. Esta situación causó problemas de salud mental, como son el estrés, la ansiedad, síntomas depresivos, insomnio, negación, rabia y miedo, problemas que no solo afectan a la atención o entendimiento y capacidad de la toma de decisiones de los médicos o enfermeros, sino también pueden tener un efecto duradero en su bien estar general. El miedo de ser infectado, la proximidad con el sufrimiento de los pacientes o la muerte de estos, bien como la angustia de los familiares asociada a la falta de suministros médicos, informaciones inciertas sobre varios recursos, soledad y preocupaciones con seres queridos fueron aspectos también relatados en otro estudio que abordó el sufrimiento psíquico y el deterioro de la salud mental de los profesionales de salud llevando, en algunos casos, a la reluctancia en el trabajo. Un estudio transversal, con 1.258 profesionales de salud en 34 hospitales equipados con clínicas o enfermerías para pacientes con COVID-19 en varias regiones de China, encontró una proporción considerable de profesionales de salud con síntomas de depresión, ansiedad, insomnio y angustia. Entre el grupo que más sufría estabas las mujeres, enfermas, personas que vivían en Wuhan y profesionales de salud envueltos en el diagnóstico o tratamiento a pacientes sospechosos o confirmados con COVID-19.

Además del trastorno de ansiedad generalizada, se verificó que el estrés crónico o el cansancio de los trabajadores frente a la intensa carga de trabajo, tendencia que suele empeorar en un contexto de carencia de mano de obra que además se ve agravado por la cantidad de profesionales de salud que son obligados a aislarse por contraer el virus.

Sintetizando así los factores que están contribuyendo para el sufrimiento psicológico de enfermeros, médicos, terapeutas respiratorios, auxiliares y otros profesionales de la salud que prestan atención directa a pacientes infectados por el COVID-19, nos encontraríamos con:

  • Esfuerzo emocional y físico exhaustivo al cuidar de un número creciente de pacientes con enfermedades agudas de todas las edades que tienen el potencial de empeorar rápidamente.

  • Cuidar a compañeros de trabajo que pueden enfermar gravemente y, a veces, morir por causa del virus.

  • Escasez de equipamiento de protección individual que intensifican el miedo de exposición al coronavirus en el trabajo, provocando enfermedades graves.

  • Preocupación por infectar a miembros de la familia, especialmente a los más mayores, a las personas de riesgo o con enfermedades crónicas.

  • Escasez de equipamientos médicos cruciales para la atención de los pacientes graves.

  • Ansiedad en asumir papeles clínicos nuevos o desconocidos y cargas de trabajo expandidas a la atención a pacientes con COVID-19.

  • Acceso limitado a servicios de salud mental para gestionar el sufrimiento psicológico.


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